Cuando tenemos nuestros relojes automáticos parados durante cierto tiempo, podemos estar provocando daños en los mismos. Desde una alteración del funcionamiento hasta llegar a la destrucción completa del reloj. Las cajas rotor evitan que la grasa de los engranajes del mecanismo del reloj se seque y se resquebraje. Con lo que garantizan una larga vida a su reloj y así mismo una mayor precisión de sus funciones. Cuando uno posee más de un reloj automático, resulta muy difícil llevar cada uno de los relojes a diario tal y como recomiendan los fabricantes.

La mayoría de los profesionales de la joyería recomiendan la adquisición de una caja rotor para aquellos que tenéis más de un reloj automático o simplemente para aquellos a los que os gusta variar y no siempre lleváis el mismo reloj puesto. A menudo, el gasto que supone revisar y reparar un reloj estropeado superan con creces la inversión que supone el hacerse con una caja rotor ya que las hay de distintos tamaños y también de diversos fabricantes y características.

Uno de los tipos más rudimentarios puede ser éste que véis en la siguiente fotografía:

Werkstatt Uhrenbeweger

Hoy en día, sin embargo, existen cajas rotor verdaderamente bonitas y elegantes. Cajas que además de mantener los relojes a punto son una preciosidad y sirven también para guardar otros relojes ya que en ocasiones cuentan con espacio adicional o incluso pequeños cajones. Se trata por tanto de una pieza más que no debe faltar en la vitrina de un buen coleccionista de relojes.

 

La fotografía que os mostramos a continuación es la de una caja rotor que puede colocarse perfectamente en un lugar a la vista de cualquier invitado, ya que resulta muy interesante:

 

Uhrenbeweger von Rothenschild

 

Las cajas rotor de hoy en día tienen distintos programas de rotación. La rotación tienen lugar en una dirección o en otra dependiendo del programa elegido, incluso se dan tiempos de descanso durante los cuales no se da rotación alguna o uno puede programar los tiempos con antelación.